Ser Líder no es un papel fácil de realizar, pues debes hacer que toda una “maquinaria” funcione y dé, los resultados esperados.
Cuando digo “maquinaria” me refiero ya sea a tu personal a cargo, tus compañeros de labor o cualquier persona con la que tengas que interactuar e influir, para que se cumplan las metas propuestas.
Dentro de las empresas existen los mal llamados “Líderes”, pues no todos lo son. En ocasiones, sólo por el hecho de ocupar una posición directiva o de tener personal a cargo los nombran así, y no necesariamente el Líder debe contar con un equipo de trabajo al que delegue funciones y genere instrucciones.
Antes de cualquier otra cosa, el quid del asunto está, en que la influencia que ejerzas como Líder, lleve a las personas a realizar lo que tengan que hacer, con motivación y entusiasmo.
Una de las situaciones aburridas en un trabajo es tener un “Líder” que no apoye a su equipo y se concentre en reproches, regaños y seguimientos tóxicos y exhaustivos.
Es muchas veces fácil caer en este estilo de Liderazgo, pues puedes haber tenido ese tipo de referente al iniciar tu carrera laboral y haberlo tomado como modelo.
También, por algunos prejuicios y estructuras mentales, que han generado patrones que se repiten una y otra vez, sin detenerse a pensar si es lo correcto o no, simplemente se hace sin importar cómo se sienten las personas.
Es por eso que te traigo 3 señales que te pueden ayudar a identificar si estás dentro de estos llamados “malos líderes” o trabajas con alguno de ellos:
Normalmente tienen un deseo profundo de administrar minuciosamente por la falta de confianza, esto no permite construir relaciones permanentes, fiables y estimulantes.
Si bien es cierto el control es importante para revisar que todo esté funcionando correctamente, algunas personas lo llevan al extremo de la supervisión.
Controlar de manera excesiva, es una trampa mortal, que te hace convertir en esclavo de ti mismo y repercute de manera negativa en todas aquellas personas en que lo ejerces.
Así que, lo que te recomiendo, es que trabajes en ti, y descubras lo que te impide confiar.
Puede ser que ya esté dentro de tu estructura mental, y de manera inconsciente lo ejerzas generando una “desmotivación silenciosa” entre tus compañeros y equipos de trabajo.
Esto conllevará a una situación de inestabilidad laboral, con riesgos de pérdida de tus clientes, por la atención de un personal con formación pobre y que no transmite los valores corporativos.
Con naturalidad, estas personas gritan, insultan y humillan a su equipo de trabajo o compañeros, con los que tal vez tienen diferencia de opinión.
Se calcula que una de cada 30 personas, encaja en la personalidad de maltratador laboral y que uno de cada 6 empleados, es víctima de este tipo de abusos. Impresionante verdad?.
He tenido la oportunidad de trabajar con varias de estas personas y en mi opinión, he podido concluir que esa emoción negativa, la adquieren como medio de protección, como una coraza para evitar mostrar su vulnerabilidad.
Así que son personas sensibles y tienen la creencia, que si se muestran como son, su impartición de órdenes o instrucciones, no será tenida en cuenta con relevancia.
El miedo entonces, se convierte en su arma letal, lo que genera opiniones mínimas y limitadas por parte de su equipo, y en el peor de los casos, cero participación.
Bloquear de esta manera la participación de sus colaboradores o compañeros, es negarse la posibilidad de revisar puntos de vista diferentes, que pueden abrir nuevas y tal vez mejores decisiones.
Habitualmente asumen que “tienen que hacerse cargo de todo” para no tomar mayores riesgos, y su labor se torna deficiente y poco efectiva.
Al estar cargados de tantas labores, les genera un estrés permanente y crónico, que los hace explotar constantemente, y el ambiente de trabajo se torna muy tenso y aburrido.
Si la cabeza del Líder se encuentra saturada, difícilmente podrá generar estrategias que permitan ver todo el bosque, porque se concentrará solo en los árboles, es decir, solo podrán atender los quehaceres del día a día.
No tendrá la capacidad para anticiparse a escenarios poténciales, que le puedan generar a la empresa mejores resultados y planear cómo lograrlos.
La ineficiencia se apoderará de este equipo de trabajo, y hoy cuando todo avanza tan rápido, cuando nuestros clientes requieren de nuestra atención de manera oportuna y rápida, generará una gran desventaja competitiva, donde corre el riesgo de salir rápido del camino.
Es importante identificar a estos Líderes y si está en las posibilidades, acompañarlos y guiarlos para que se alineen a la cultura de la empresa, y tomen consciencia del impacto en su equipo de trabajo y sus resultados.
Si tu eres el que está padeciendo de estos desaciertos, busca ayuda de un Coach, Mentor o con la persona que mejor te identifiques, para que puedas transformarte y permitir que en tu empresa, se respire un aire de éxito que los encamine a generar logros creativos, innovadores y extraordinarios.
Tu equipo y empresa te lo agradecerán.
Por último, es valioso conocer que las nuevas tendencias en las empresas, es contar con Líderes que se involucren, sean cercanos con sus equipos y generen un ambiente cómodo, dando ese toque de humanización del cargo.
Te invito entonces, a reflexionar como está tu Liderazgo.